Hasta siempre papa!

Quiero, antes que nada, agradecer en estos últimos meses que no han sido fáciles toda la ayuda recibida. A todos y todas los que habéis estado acompañando a mi padre y a mi madre. También a los profesionales de la residencia que habéis cuidado de él. Gracias por cuidar de lo más querido.

Papá, hace tiempo me anclé en la esperanza de que tu mirada seguía siendo tuya. Deseando que tu enfermedad fuera lenta, para alargar un ratito más a tu lado. Al mismo tiempo, viendo que tu cuerpo ya no te dejaba ser, y que ese tiempo de calidad se iba apagando poco a poco.

Sé que ahora es tarde para muchas cosas, y es difícil aceptar que nos quedaban aún muchos momentos por vivir juntos: contigo, con mamá, con nosotros, con tus nietos.

Pero hoy vamos a brindar por todo lo vivido que no ha sido poco, y a hacer homenaje a la vida que compartimos contigo, a todo lo que nos has regalado.

Nos aferramos a ese bonito recuerdo tuyo y te damos las gracias por haber vivido siempre para tu familia y tus amigos.

Gracias, porque siempre sentimos tu amor incondicional, el orgullo que mostrabas por lo que hacíamos, y tu disposición constante a hacer lo que hiciera falta para ayudarnos. Gracias por haber cuidado siempre del Pau, del Jan, del Nil, del Roc y de la Bruna, y por no perder nunca la sonrisa con ellos.

Nos quedamos con todo lo bueno que nos diste: los valores de ser una buena persona, el compromiso con lo que hacías, y el ejemplo de tu actitud, que fue la que te permitió surfear las peores olas.

Tu infancia vivida en los Torrados te arraigó para siempre a tu tierra natal. Aquel mozo de 14 años que llegó a Sabadell en busca de un porvenir mejor. Todo pintaba difícil en esa "Manchester catalana" de locura, donde los barrios se levantaban con mucho esfuerzo.

Pero lejos de dejarte vencer por la miseria, hiciste de tu trabajo una pasión. Volaste alto, conociste mil realidades culturales diferentes, y sobre todo, tú y mamá nos brindasteis a mí y al nene la oportunidad de tener una infancia feliz y mucho más fácil que la vuestra.

Papá, has tenido una vida sencilla. Has sido humilde, buena persona, y siempre supiste aprovechar lo bueno que te ofrecía la vida. Siempre estuviste ahí para los que más querías.

Tu ejemplo siempre nos ha inspirado. Eres y serás un referente. Como dijo hace poco Pepe Mujica: “No se cansen de ser buenos, aunque ser buenos no sirva para mucho. Sirve para no arrepentirse.” Pues papá, gracias por haber sido tan bueno. Creo que sí sirvió para mucho: para hacernos muy felices.

Te queremos muchísimo, y ojalá, en algún lugar bonito, estés brindando con un buen vino por esta vida vivida, que a merecido la pena.

Gracias, papá. Te queremos. Hasta siempre. Descansa en paz.

Comentaris

Publica un comentari a l'entrada

Entrades populars d'aquest blog

La lacra de la pederàstia

Escriure per resistir